La emoción se le nota en los ojos

01.03.2020

Santa Marta tiene unas playas dignas de fotografiar y nunca cansarse de ello, un cielo despejado que presenta atardeceres saca alientos y sonrisas, una gente que siempre está buscando la manera de salir adelante y recuerdos que quedan grabados en todo el cuerpo, reviviéndose en todo momento al tocar una quemadura. 

Platos típicos, música y diversión es lo que toda persona quiere cuando va una semana a ver el mar, a simplemente relajarse y olvidar todas las responsabilidades que nos amarran a la cotidianidad de una vida adulta. 

El viaje lo realicé con mis tíos y padres, no me gusta el mar, pero creo que nunca lo había vivido de esta manera.

"No se duerme mucho, pero se disfruta demasiado", frase que dijo mi tío cuando explicó el motivo de seguir yendo al mar aunque lo conociera de diferentes ángulos en cada viaje que realizaba al "lugar para disfrutar", como lo llama él. Mi tía sin embargo, lo ve como una aventura, siendo la más animada para realizar deportes extremos en el mar, dejándome ver y fotografiar su emoción en los ojos, esos con arrugas y enfermedades encima, pero con el deseo intacto de lanzarse sin mirar abajo.

Me reí, molesté, comí, fotografíe y me gané aplausos por bailar en una de esas chivas rumberas que van por toda la ciudad mostrando su arte, su historia y la cultura tan arraigada a ellos, que los hace tan únicos a la hora de expresarse con una carcajada y los ojos achinados por la misma.

Posiblemente, recordaré ese mar, esa playa, ese sol y esas personas toda mi vida, por la felicidad que me sacaron, por las risas que pude obtener y brindar, por las historias que escuché, por la manera de ver la vida, siempre con una sonrisa con dientes.

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